viernes, 7 de febrero de 2014

Huracán

 Inmensa felicidad me invade cuando pienso en ti
cuando recuerdo tu sonrisa
y un fuego me quema dentro,
cuando recuerdo mi beso en tu blanco cuello,
tu aliento en mi oido,
 paloma en la tormenta del febril abrazo,
 interminable grito que precede la calma...
corta calma fortuita como el ojo de un huracán
porque en poco tiempo todo vuelve a comenzar, 
 nubes de  deseo  vuelven a derramar su lluvia sobre nuestros desnudos cuerpos
mojando nuestra cama hasta casi inundarla.
Y cabalgo sobre mi blanca paloma
que me eleva a las alturas de la gloria,
paraiso de tus aguas luego mansas
cuando luego de la tormenta llega la calma...

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